Correr es el ejercicio físico más natural para el ser humano, excluido caminar claro. Se puede realizar en cualquier momento y lugar. La equipación, aunque se van sofisticando,  es sencilla y poco costosa comparada con otros deportes.

Por esto y otros motivos, el running, el correr, se ha convertido en uno de los deportes más populares del momento. El número de practicantes ha aumentado mucho, y los parques, caminos y calles se llenan de runners, corredores, entrenando, y cada vez son más las carreras populares celebradas.

Corriendo podemos mejorar nuestra salud, nuestra forma física, y además sentirnos mejor con nosotros mismos. Si tuviéramos que explicar resumidamente por qué correr es bueno para la salud resaltaríamos beneficios a nivel cardiovascular, endocrinológico y musculoesqulético. Practicando la carrera a pie de forma regular fortalecemos nuestro miocardio, el músculo cardiaco, mantenemos nuestra tensión arterial basal en rangos correctos, nos mantenemos más delgados, y entramos en un círculo de interacción de todos los sistemas del organismo más sano. La tolerancia a la glucosa mejora también, se liberan más hormonas anabólicas, como la hormona del crecimiento y la testosterona, y se evita el llamado síndrome metabólico que se produce en la edad media como consecuencia del sedentarismo.

Los beneficios a nivel mental son igual o más importantes, y al fin y al cabo la salud es el estado de bienestar físcio y psicológico. Además del efecto relajante que se produce después de cada sesión de entrenamiento, está el propio momento en el que uno se ha podido olvidar de preocupaciones y obligaciones cotidianas. El hecho de competir aunque sea contra nosotros mismos es muy motivante, ponerse retos y alcanzarlos es de lo más gratificante.

Correr es sano pero en algunas circunstancias puede no ser el deporte más recomendable. Es importante realizar un reconocimiento médico completo y ser valorado por un médico antes de comenzar a correr de forma regular. Existen algunos problemas cardiacos o algunas lesiones del aparato musculoesquelético que pueden apartarnos por un tiempo o indefinidamente de la carrera a pie. En mi opinión los entrenamientos deben ser dirigidos por alguien entendido que asesore y pueda aconsejar al corredor a lo largo del año. Podrá planificar entrenamientos, hacer un seguimiento a lo largo de la temporada, proponer objetivos, y ayudar a realizarlos.

Los corredores deben consultar ante signos de alarma de que el esfuerzo puede estar siendo excesivo. Las lesiones del corredor son la cruz que puede soportarse muy mal ante la privación de la gran pasión en la que se convierte el running para un corredor. Por ello es siempre mejor un pequeño parón a tiempo que un parón o complicación por querer a toda costa acabar una sesión o una competición. Los profesionales especializados sabrán guiar al corredor en ese proceso de recuperación que prácticamente siempre es posible.

 

Autor: Dr. David López Capapé