Ayer estuve cenando en un restaurante muy Grease, rodeada de pocos pero buenos amigos atletas. Mi hermana, que estaba también con nosotros, alucinó con las historias que le contábamos.
Pues si, imagino que como en todo ámbito laboral, siempre hay unas cuantas personas maquilladas. Esas personas que aparentan ser buenas, que corren mucho, que caen bien…pero cuando les pasas el desmaquillante (para llegar a ese punto hay que conocerlas más de cerca, a veces, hasta te lleva años) te das cuenta de que todo era una gran mentira. Egoismo, orgullo, trampa. Con eso es con lo que te encuentras. ¿Mola eh?.
El caso es que el maquillaje que llevan es como el waterproof, no se va ni con lejía. Esto hace que su gran mentira se convierta en realidad y que los desmaquillantes estén sólo en posesión de los más sabios. Y cada vez hay menos sabios…y así va la sociedad.
Al igual que los psicólogos dan con la tecla adecuada para sanarte, a mi me gustaría encontrar el pintalabios mágico, aquél que al dejar la marca de tus labios, transformaras a la persona y la volvieras un poquito más humana.
Tienes toda la razón, Elena. Ahora haría falta que hubiera desmaquillantes más potentes para encontrarlas las desvergüenzas a esa gente con mayor facilidad.
Yo estuve a punto de ir a un restaurante muy Grease también, pero nos quedamos sin sitio.
Un abrazo
pensando en las toallitas de mi hija cuando se quita la pintura de la cara cuando la maquillan en cumples (q lo odia por eso!) pienso en lo dificil q tiene q ser descurbrir la verdadera cara de esas personas…aunque soy un corredor popular tus experiencias no me suenan extraño y es mucho peor en mi entorno laboral donde hay tb demasiada fachada y poco compañerismo…q iluso con tal q no te acuchillen a la primeras de cambio, suerte en la pista y q no te haga mucho calor o x lo menos q el viento te sople x detras…